
La Picadora de “GRASA” llega a Moby Dick
Ingested vuelve a Madrid tras su paso hace un año. En esta ocasión aterriza con un Tour Europeo presentando su nuevo disco “The Tide of Death and Fractured Dreams”. Tiene como acompañantes bandas con grandes trabajos como Fallujah y Vulvodynia y dará a conocer bandas como Melancolia.
MÚSICA



Hay promotoras que apuestan fuerte y saben lo que hacen con bandas que parecen sacadas de una película de terror, es el caso de Madness Live, que el pasado sábado 27 de abril nos abdujo al lado más oscuro del heavy metal en la pequeña pero acogedora sala madrileña, Moby Dick.
Es cierto que a una de las bandas la pudimos ver el año pasado, ya que acompañó como telonero al grupo Cannibal Corpse, es el caso de Ingested. Que, en esta ocasión, han traído una breve gira por tierras españolas para acercarnos y presentarnos su nuevo trabajo “The Tide of Death and Fractured Dreams”.
En esta gira europea, estarán acompañados por dos bandas que no pisaban España desde 2019, los californianos Fallujah y los sudafricanos Vulvodynia, además, contaron con la presencia de los australianos Mélancolia, siendo este su primer concierto en España, demostrando una vez más que no existen fronteras en el mundo de la música.
Con solo treinta minutos de reloj, Mélancolia, se encargó de abrir la tarde con sus ritmos death metal/deathcore, demostrando al público que venir desde Melbourne significaba comerse el escenario. Alex, su vocalista, no dejó nada que desear con los lametones al micrófono, la calidad de su voz gutural y la actitud alocada que hizo que los fans se volcasen con ellos. También cabe destacar la labor de Mason, al frente de la batería, mientras Joshua y Billy, guiaban el ritmo con sus guitarras.
Vulvodynia, sin embargo, demostró que la sala estaba al borde del sold out y que a pesar de la falta de su vocalista Lwandile, no iban a quedarse atrás. En este concierto contaron con el apoyo de Josh, vocalista de Malice y de Billy, guitarrista de Mélancolia, que fueron quienes recogieron el testigo al trío sur africano. A pesar de todo, la gente de la sala pedía guerra y la banda quiso satisfacer a sus fans. Kris, Luke y Thomas, mostraron agradecimiento por el apoyo y, al final de la actuación, el grupo fue ovacionado con aplausos y bises.
Por un lado, Fallujah, fue una de las bandas más esperadas de la noche, ovacionada por el público dado que llevaban cinco años esperando su regreso. La banda dejó ver que tras la pandemia habían dado un gran empujón, dando a conocer el disco “Empyrean” y retomando canciones clásicas como “Carved From Stone” y “Cerebral Hybridization”, entre otras. Durante la actuación, expusieron su potencia musical de las variantes death metal, algo que nos sorprendió a todos los asistentes. A pesar de que no hubo mucho movimiento con respecto al resto de bandas, se percibió la admiración y atracción por su particular estilo, algo que no se perdió tras la despedida de la banda.
Por otro lado, el cabeza de cartel, Ingested, demostró que es posible exprimir el limón de la composición, de no dar margen de tiempo a los fans a terminar un disco y tener que esperar para el siguiente. El ejemplo perfecto lo vemos con su nuevo disco, no hace ni un mes que se estrenó y ya ha recopilado un sinfín de reseñas positivas, algo que no extrañó tras ver que su espectáculo empezó con canciones como “Paragon of Purity” y “Pantheon”.
Jason, vocalista de la banda, aprovechó el ambiente para hacerse fuerte y destrozar cabezas con su voz ultratumba. Tanto Andrew como Sean, guitarristas a los coros, hicieron cobrar vida a la discografía de la banda sajona. También, destacó el caso de Thomas, un joven de tan solo diecinueve años que supo defender como nadie el bajo en sus canciones.
No cabe duda de que “Skinned and Fucked” volvió loco al público, provocando que se lanzaran a los pies de los artistas, ya que el estallido musical fue imparable. Los sajones mostraron en todo momento su agradecimiento al público, premiándolos con canciones como “Impending Dominance” y “Ashes Lie Still”. Siendo esto otro motivo que reavivó la llama británica en la sala madrileña.
Tras el concierto, los integrantes de las bandas fueron muy cercanos al público, agradecidos, y muy campechanos, ya que dedicaron tiempo a escuchar opiniones de los fans, dar abrazos, tomar fotografías, recibir felicitaciones y hacer breves pero intensas sesiones de firmas.





